Para las y los jóvenes comunistas
dicho plan no tiene más significado que el de hipotecar el futuro y la
soberanía del estado a los intereses de la troika (Unión Europea, Banco
Central y Fondo Monetario Internacional), que como sabemos nada tienen
que ver con los intereses de la clase trabajadora sino que representan
los intereses del capital y son instituciones sin ninguna legitimidad
para gobernar.
Este préstamo de 100.000 millones de
euros que a través del estado harán llegar a la banca, socializa las
pérdidas de la banca al conjunto de la población y transforma su deuda
privada en deuda pública, además con la obligación de seguir asumiendo
las medidas de recortes y las llamadas políticas de austeridad que
imponen desde la Unión Europea y que están destruyendo la economía
española en beneficio de los monopolios y las entidades financieras.
Estas medidas de recortes pretenden
tumbar todas las conquistas que la clase trabajadora consiguió luchando
en las útlimas décadas. Ni pensiones, ni servicios públicos, ni
prestaciones sociales como el paro, ni siquiera los sueldos están
seguros ante este chantaje de la troika, los colaboracionistas del
gobierno del PP y sus aliados ideológicos, tanto PSOE como
nacionalistas periféricos.
La Juventud Comunista está cada día más convencida de la necesidad de desenmascarar a quienes pretenden dar falsas ilusiones y hacer creer a la población que se puede retornar al anteriormente llamado “estado del bienestar”.
Es falso que pueda haber marcha atrás dentro del capitalismo porque las reglas de dicho sistema lo impiden, un sistema que se basa en la acumulación de capital y que en su fase superior, la imperialista, los diferentes sectores de la economía cada vez están controlados por un menor número de empresas más grandes, poderosas y con mayor implantación internacional. Sin embargo, a pesar de que la tecnología haya avanzado a una velocidad sorprendente y de que tengamos unos niveles de producción cada vez mayores, las condiciones de vida de las y los trabajadoras/es no hacen más que empeorar: jornadas más largas, altísimos niveles de paro y precariedad, falta de derechos en los centros de trabajo, bajadas salariales directas o indirectas..., lo que confirma la irracionalidad del sistema capitalista que antepone con cada vez mayor fuerza los intereses de una ínfima minoría a los de la inmensa mayoría de la población.
Es por ello, que debemos desenmascarar a la troika y a todos sus cómplices, esta situación es responsabilidad del gobierno del PP sí, pero también de los anteriores gobiernos del PSOE y de sus aliados nacionalistas que son simples voceros de las grandes corporaciones y las entidades financieras. Incluso los verdes europeos se han unido al chantaje a otros países rescatados como Grecia.
No hay lugar para medias tintas, la única salida es la Revolución.
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