Mientras que el ejército ruso demostró que las fuerzas militares leales a Gadafi no bombardearon a la población civil desarmada, el ataque de los países de la OTAN liderado por Estados Unidos(EEUU), Francia e Inglaterra ya ha acabado con la vida de 90 personas y ha herido a otras 200, muchas de ellasvíctimas de un hospital donde cayeron las bombas.
Este ataque ha sido "legalizado" por los 15 países que integran el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ya que la mayoría de ellos votaron afirmativamente, apoyando la creación de una zona de exclusión en Libia. De esos 15 países, 5 son vitalicios porque no se someten a ningún tipo de cauce democrático que los revalide en sus puestos.
Esos 5 países, EEUU, Francia, Inglaterra, Rusia y China cuentan con el veto, una medida por la cual cualquiera de ellos puede impedir que se cumpla la voluntad del resto de naciones del mundo. De esos países, 3 votaron a favor de la invasión militar. Sin embargo, China y Rusia que se oponían a esa acción no usaron su poder de "veto" votando con una abstención que permitió que el ataque sobre Libia saliera adelante.
Por su parte, EEUU ya ha expresado que con esta acción posiblemente Gadafi no abandone el poder, por lo que representantes militares de ese país han adelantado que piensan en nuevas formas violentas de atacar militarmente el territorio libio para conseguir derrocar al líder del régimen norteafricano. Según los altos mandos de la OTAN la resolución aprobada por el máximo órgano de la ONU deja la puerta abierta a otras muchas posibilidades para garantizar los derechos y el bienestar de la población libia que ya ha empezado a morir a consecuencia de sus acciones.
Mientras tanto han comenzado a surgir posiciones contrarias a este bombardeo perpetrado por las potencia occidentales. Rusia, China, Brasil, India y Alemania han expresado que sus fuerzas militares no participarán en este ataque, sin embargo no votaron en contra durante la sesión del Consejo de Seguridad cuando trató este tema, solo se abstuvieron, lo que permitió que saliese adelante la iniciativa ideada por EEUU y promovida por Francia e Inglaterra.
Gobiernos de izquierda como los de Nicaragua, Ecuador, Venezuela, Bolivia y Cuba junto a otros gobiernos de la región como Paraguay y Uruguay han rechazado esta intervención.
Nicaragua. El presidente sandinista del país centroamericano ha estado apoyando una salida negociada al conflicto libio para evitar más enfrentamientos. Sobre el ataque a Libia ha manifestado, "¿qué paz? ¿Qué tranquilidad les puede estar llevando a las familias en Libia? Hay que ponerse en lugar de esas familias que ya de por sí están atemorizadas por los enfrentamientos internos y ahora viene una guerra externa de las potencias buscando cómo arrebatar el petróleo, porque el interés de ellos es el petróleo, lo de democracia es puro cuento".
Ecuador. Por su parte el Gobierno de la Revolución Ciudadana presidido por Rafael Correa ha expresado en un comunicado que "es inadmisible la intervención producida por potencias extranjeras a ese país, intrusión que lamentablemente promueve la escalada de violencia", por lo que "Ecuador condena permanentemente toda violación a los derechos humanos fundamentales, de cualquier sector de donde provenga".
Venezuela. El presidente revolucionario de Venezuela, Hugo Chávez, ha expresado que se están llevando a cabo "bombardeos indiscriminados, bombas que caen en un hospital, residencias, que locura, es una locura imperial; pedimos a Dios por la paz en Libia y en el mundo, que cesen las agresiones, que cese el imperialismo".
Bolivia. Evo Morales, el primer presidente indígena del país ha señalado que el por el petróleo por lo que las potencias occidentales quieren entrar en Libia, "so pretexto de que hay una confrontación en Libia algunas potencias quieren aprovecharse de intervenir militarmente; en el fondo, el interés que tienen es adueñarse del petróleo libio, ese es el tema". El mandatario condenó la acción "volvemos a expresar nuestra condena, nuestro repudio, nuestro rechazo a una intervención de potencias a Libia" y se preguntó que "¿quién castiga a los interventores que dejarán muertos?".
Cuba. La isla caribeña, al igual que el resto de países que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) se ha posicionado contra la intervención militar en Libia y ha abogado por una salida negociada y pacífica a la crisis que está viviendo el país africano.
El secretario general de la Liga Arabe, Amr Musa, rechazó en nombre de la organización los ataques a Libia reconociendo que los bombardeos de la OTAN están matando a civiles libios, "lo que está pasando en Libia dista del objetivo que consiste en imponer una zona de exclusión aérea y lo que nosotros queremos es la protección de los civiles y no bombardearlos".
Mientras tanto la Unión Africana (UA) que integra a la inmensa mayoría de los países africanos han exigido el cese inmediato de los bombardeos. Actualmente un grupo de altos funcionarios de los países miembros de la UA se encuentra en Libia trabajando por una salida negociada y pacífica a la situación en el país. Lo que significa que casi todos los países africanos se han posicionado contra el ataque de las democracias occidentales a Libia.
En España el Gobierno del PSOE y el principal partido de la oposición (PP) han apoyado este ataque militar. Incluso el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero buscó apoyos en la Liga Árabe para secundar la zona de exclusión.
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