19 Noviembre 2013
La
crisis capitalista en la que nos encontramos está siendo utilizada para
recortar en sanidad, educación y otros servicios públicos que se
convierten en un negocio a mercantilizar y privatizar. Esta estafa
llamada crisis también está siendo usada como excusa para atacar
nuestros derechos laborales echando
por tierra décadas de conquistas obreras y forzarnos a elegir entre
emigración, precariedad o desempleo. Todas estas medidas son un pretexto
para poder llevar a cabo los mandatos impuestos por la troika y
pretenden que seamos los ciudadanos los que paguemos su deuda.
Así, vemos como los principales
partidos políticos del Régimen al servicio del capital y la troika (PSOE
y PP) han aprobado unas reformas laborales que abaratan el despido,
refuerzan el poder empresarial para modificar de forma unilateral las
condiciones de trabajo, restando poder a los comités de empresa y
debilitando la negociación colectiva, entre otras medidas. A estas
reformas laborales contra la clase trabajadora se suman las reformas de
las pensiones aumentándose los años de cotización necesarios para
acceder a este dercho y pasando la edad de jubilación a los 67 años.
Desde
el comienzo de la crisis se han registrado más de 400.000 ejecuciones
hipotecarias y una gran parte ha acabado en desahucio, ya que el negocio
de los grandes bancos y capitales financieros prima al de los
ciudadanos. Además, desde el Gobierno se está intentando criminalizar el
movimiento social que existe para intentar parar los desahucios.
En
educación el proceso mercantilizador ha sido especialmente llamativo ya
que no solo está habiendo un recorte en personal docente, con menos
profesores por cada centro y con peores condiciones laborales, una
reducción en las becas universitarias forzando a que las familias se
endeuden para poder costearse los estudios, sino que la subida de tasas
en los últimos años en el precio final de la matrícula genera una
desigualdad económica y social llevándonos a épocas en las que sólo
aquellos con alto poder adquisitivo puedan pagarse estudios superiores.
Los
recortes también afectan a la sanidad pública. En los últimos meses los
intentos privatizadores de gobiernos como el de Madrid o Castilla y La
Mancha a la sanidad pública denotan el interés creciente por hacer de la
salud un negocio y poder favorecer a empresas privadas. Esto demuestra
el querer parecerse cada más al sistema estadounidense, en el que has de
tener un seguro privado para poder recibir atención sanitaria, creando,
de nuevo, una desigualdad social entre aquellos que pueden pagárselo y
los que no.
Todos
estos ataques del régimen a nuestros derechos tienen que ser respondidos
en las calles. No puede haber un clima de resignación, sino hay que
volver a tomar las calles y construir poder popular para hacer frente a
ellos y así derrotar a la troika. En los últimos días vimos como la
huelga, la unión y solidaridad de los trabajadores dan victorias a la
clase obrera. Los trabajadores del servicio de limpieza de Madrid tras
13 días de huelga consiguieron paralizar más de 1100 despidos y una
rebaja salarial del 40%. Todo ello fue posible gracias a la lucha en las
calles y el apoyo popular. Debemos continuar con la lucha para derrotar
las políticas del Régimen y sólo construyendo poder popular seremos
capaces de vencerlos.
Por
ello, el próximo 23 de Noviembre hay que llenar las calles de
reivindicación, de solidaridad y de lucha para poder construir poder
popular y frenar los ataques que sufrimos.
¡Sólo movilizándonos podemos vencer!
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